Coaching en Imagen

Parte de las sesiones de coaching que realizo consisten en hablar sinceramente de la importancia de la apariencia, así como del look actual que veo en esa persona. Tu apariencia puede ser definida como la manera visual en que regularmente te presentas a ti mismo frente al mundo. Esta forma está directamente conectada con la forma en que te ves a ti mismo.
Cuando trabajo con un cliente, trabajo a nivel externo, para ayudar a mostrar una apariencia fuerte y poderosa, moderna e interesante. Invierto un buen tiempo en ayudar a construir la imagen interna que debe corresponder a esa imagen externa que deseamos que se proyecte, la idea es que al finalizar el programa de coaching la persona sea capaz de sentirse mucho más confiado, y que esté absolutamente seguro que la imagen externa se corresponde con todas las potencialidades y recursos que hemos descubierto a través del Profundo Juego Interno.
Para mí no es suficiente con botar a la basura algo de ropa, sino que internamente se debe proyectar poder, frescura y dominio. He visto gente muy bien vestida, con ropa de marca y de moda, pero que se ve que les incomoda lo que llevan puesto, simplemente no les cuadra, es como si tuvieran la ropa prestada, quizá con algo más simple les iría mejor. Bueno, eso es lo que trato que evitar que suceda en mis sesiones uno a uno.
Hace poco, salí con un cliente y visitamos algunos de los buenos almacenes en Centro Andino (para quienes no sean de Colombia es uno de los grandes centros comerciales en la capital Bogotá). Le pedí que escogiera la ropa que quisiera llevar. Y lo hago porque considero que es importante indagar en la mente de la persona con quien trabajo y al pedirle que me señale la ropa que compraría o le gustaría ponerse puedo ver cosas que ni siquiera él mismo puede ver.
Él regresó con unos jeanes bastante modernos, unas camisetas, escogió unos tennis también y un par de cinturones con chapa ancha. Él sonrió pensando que había encontrado algo bueno.
Yo no pensaba igual.
Verás, muchos de nosotros no tenemos mucha imaginación que digamos, ni la suficiente confianza y conciencia para ser críticos cuando seleccionamos ropa para nuestro armario. Imagino que algunos de los que leen esto estarán pensando “hey Naxos, la ropa es lo de menos, por favor! Estoy leyendo este blog justamente porque quiero conquistar a las mujeres con lo que digo, no con lo que me pongo.” Bien, es cierto en alguna forma, pero de otra parte considero que estás bastante desenfocado.
Déjame decirte algo, la apariencia no importa, pero TU apariencia sí importa. La apariencia es lo que los genes han transmitido en nosotros, y sobre los cuales no tenemos ninguna capacidad de influir. Algunos son más bendecidos, la gran mayoría son promedio, y algunos otros parece que fueron la consecuencia de alguna indigestión de los dioses. He visto muchos hombres muy bien parecidos que pasan muchos trabajos con las mujeres, y he conocido otros, casi nada atractivos, que las atraen como miel a las abejas. Éstos últimos tienen un éxito masivo porque entienden lo que es bueno en ellos, lo que deben resaltar y son maestros en presentarse a los demás de una manera atractiva.
Nuestra apariencia es la representación directa de cómo pensamos/sentimos/vemos nosotros mismos. Todos hemos estado ante presencias poderosas, personas que llegan a un sitio, habitación, restaurante, lo que sea, y su apariencia irradia poder y éxito. Uno nota a estas personas instantáneamente, la razón es que su apariencia funciona para él. Lo que ésta persona es, y la manera en que se presentan está en perfecta sincronía.
Ahora, a la inversa, seguro has visto también a personas que simplemente no resaltan, son del montón, pareciera que están sumergidos en medio de esa gran masa de lo llamado “común y corriente”, incluso pueden vestir bien, y de marca, pero simplemente hay algo que hace que no llamen la atención. Estas personas quizá piensan que visten bien, y es mi responsabilidad en esos casos decirles las cosas que no funcionan.
Una y otra vez conozco personas que son simplemente grandiosas y poderosas, gente de la cual quiero rodearme, son exitosos en su vida personal, con todas las dimensiones de su ser en balance, con sus necesidades satisfechas y existencias plenas, pero les falta una manera poderosa de transmitir eso, y me doy cuenta que son personas valiosas porque me tomo el trabajo de ser profundo e ir más allá de las apariencias y hablar con estas personas. No todo el mundo es profundo, lo cual no es bueno ni malo, de hecho hay personas que viven a mil por hora y lo que entra por sus ojos es lo que importa. En este punto, quiero decirte, que si no eres efectivo vas a perder oportunidades, a todo nivel.
No estoy diciendo que lo que tienes en tu guarda ropa sea lo que determina lo que eres, o cómo te sientes contigo mismo. No. Lo quiero decir es que las elecciones que haces en tu apariencia le dicen al mundo cómo te ves a ti mismo, y cómo te sientes sobre ti mismo. Tu apariencia transmite un mensaje, claro y elocuente. Y las personas buscan congruencia, es como cuando vas a un funeral vestido de blanco, o de rojo, las personas esperan que si estás de luto vayas vestido de negro. Las personas tienen una imagen del éxito, y desean ver que si alguien es exitoso se refleje en ese imaginario de la apariencia de una persona exitosa.
Devolvámonos a mi historia, empecé a hacerle preguntas a mi cliente. Sus respuestas me decían que él se veía como un “tipo normal”. He escuchado esto muchas veces con mis clientes de coaching que necesitan asesoría de imagen. Y lo que he descubierto es que a veces han perdido el sentido de “unicidad”, de “exclusividad”, el sentido de diferenciación de los demás, el sentido de propósito en sus vidas. Parte de las cosas que me gustan de lo que hago y de la vida que tengo es que puedo contribuir a que ellos vean más allá de lo que están acostumbrados a ver, de lo que el espejo les muestra todos los días, les doy nuevos ojos para que se vean, logro que vayan más allá de esa pequeña caja que ellos han llamado “mi mundo y mis cosas” y les muestro que esa caja esta pequeña y que viven estrechos en ella.
Y lo que hago lo hago porque yo mismo tuve que hacerlo. Porque mi apariencia decía muchas cosas equivocadas de lo que yo era. Así que si quería tener más éxito con las mujeres y con todas las dimensiones de mi vida tendría que hacer un cambio radical. Y lo hice. Y mi vida jamás fue la misma. Podía transmitir lo que quería en cuestión de segundos y no tener que esperar a que las personas se dignaran conocerme a profundidad para que vieran que era mucho más de lo que mostraba en mi exterior.
Luego de aprender lo importante que era el mensaje que transmitía mi apariencia empecé a generarles una poderosa imagen inicial, la sensación de curiosidad por conocerme y luego iba llenando esa inicial imagen poderosa con todos los matices que tiene mi personalidad y ser justamente la persona que soy. Antes, por el contrario, muchas personas me clasificaban como alguien “muy normalito” y “de bajo perfil”, es decir, “uno más”, cuando eres así no suscitas curiosidad, sino eres predecible, la gente te mete dentro de cualquier cajón que se les antoje (hippie, nerd, intelectual), y ya con eso se evitan el trabajo de conocerte. Para qué conocerte si ya han visto miles como tú.
Si quieres tener relaciones impresionantes con las mujeres, si quieres atraer mujeres que valgan la pena tanto por fuera como por dentro, debes empezar a organizar tu vida. Y una de las cosas críticas es construir una apariencia que funcione para ti, y dejar atrás la apariencia “promedio” que sólo ayuda a que te distancies.
Al finalizar la sesión, mi cliente estaba sorprendido, aterrado y en shock. Instantáneamente pudo sentirse más confiado, capto los mensajes que estaba transmitiendo y los que debería transmitir. Es más, nos tomamos el trabajo de buscar algo de opinión femenina (e indirectamente mi cliente sacó un par de números de teléfono). En esa sesión aprendimos que sentirse bien y aparecer bien van de la mano.
En mis sesiones de coaching tengo una serie de ejercicios que están diseñados para ayudar a que las personas se vean mejor, tengan sentimientos más positivos hacía sí mismos y descubran la luz poderosa que hay por ahí en su interior. Ayudo a crear una apariencia que ajuste perfectamente con su estilo de vida habitual, y que amplifique las grandes características y recursos que hemos descubierto.
Mi responsabilidad como coach es tomar lo que eres hoy y lo que deseas de la vida y expandirlo, ensancharlo y mostrárselo al mundo. La última cosa que desearía hacer es construir una apariencia y un estilo de vida pero que sea totalmente incompatible con lo que una persona es y desea. Llegar a ser seductor, y por ende, atractivo, significa ser autónomo.
La idea es que mires a profundidad, que trates de asesorarte por alguien diferente a tus amigos, o la gente que está acostumbrada a verte, para ellos siempre estarás bien, y si sugieren cambios siempre estarán sesgados. Si eres un tipo corporativo, con un negocio exitoso, la última cosa que deberías hacer es comenzar a vestir de forma desestructurada, jeanes caidos, cachuchas al revés y un montón de cadenas a tu alrededor.
Debes comenzar desde adentro, y aprender de ti como individuo, entender lo que quieres en los planos más profundos y en los más superficiales de la vida, establecer tu estilo de vida, ajustarlo si es necesario (a veces nuestro estilo de vida no permite que estén satisfechas todas nuestras necesidades, por ejemplo, un adicto al trabajo solo vive para trabajar y se excusa en ello para no tener vida social, lo cual también afecta su dimensión emocional), debes analizar tu carrera profesional, tu trabajo, historia de vida, lo que no te gusta, lo que odias. Con todo eso, tu meta debe ser (y mi meta cuando trabajo eso en coaching) convertirte en el tipo más genial en tu círculo social, que entiende lo que es, y cómo presentarse a sí mismo de una manera que acentúa lo mejor que tiene. Presentarte como alguien que destaca y sobresale.
¡Que comience la cacería!
Hasta la próxima!