La esencia de la masculinidad 9: El arquetipo del rey
Hoy les hablaré del arquetipo del Rey, continuando con nuestra serie de arquetipos de la masculinidad que, recordemos, tiene como objetivo recuperar esa esencia ancestral para reencontrarnos con nuestro propósito y mejorar nuestro juego interno.
A través de la historia, las culturas han ubicado al rey en el centro del universo, el rey ancestral ha representado una especie de lugar espiritual central, de tal manera que era un intermediario entre el cielo y la tierra, y a través de su poder divino el rey traía orden a su territorio reconciliando fuerzas opuestas. Los mitos acerca de los reyes combatiendo criaturas maligmas y estableciendo el orden en medio del caos dan buena cuenta de ello.
Cuando un hombre vive el arquetipo del rey en su plenitud siente el mismo poder dentro de sí, en forma de confianza, propósito y bienetar que le da un sentido profundo de balance y equilibrio. Incluso cuando el mundo alrededor suyo se vuelve caótico el permanece calmado, concentrado en mejorar, enfocado. Actúa en lugar de ser reactivo, es una roca en medio de la dificultad. Por su posición de centro de las cosas, puede tomar una posición que le permite no quedarse mirando el árbol sino que le permite contemplar todo el conjunto, el bosque entero.
El rey es el ejecutivo de los otros arquetipos, y como tal tiene a su cargo tomar decisiones. Su habilidad para decidir está arraigada en dos elementos: primero, quién es él y lo que que espera de sí mismos, dentro de los valores del rey están el equilibrio, el balance y la firmeza. Así que cuando una crisis viene no duda demasiado, puesto que tiene dentro de sí la fuerza para encontrar el criterio de lo es necesario hacer. Segundo, el rey valida sus decisiones con experiencia, de hecho, su experiencia le provee una sabiduría práctica, es decir, el conocimiento de cómo hacer lo correcto, en el momento preciso, por las razones correctas.
El rey vive con integridad. Esta palabra tiene como raíces la palabra «integrado» y «entero», y remite a pensar en integración, en totalidad, de tal manera que implica el estado de completitud, sin divisiones e intacto. La integridad en realidad es el lazo que une las virtudes y cualidades de un hombre, es la marca de un hombre que ha tenido éxito integrando toda su personalidad, creciendo con sus virtudes y mejorando sus defectos. El rey no sólo está integrado sino que busca estar completo en todas las áreas de la vida, no desea dejar las cosas a medias en su crecimiento personal: actúa con honestidad, mantiene su palabra, toma responsabilidad por sus acciones, evita herir a las personas de forma intencionada.
Históricamente, una de las funciones primarias del rey era proteger sus dominios. Cuando un enemigo amenazaba su territorio, el rey actuaba con ira agresiva. Incluso hoy concebimos a los líderes como protectores. Quizá o seas el líder de un país, pero tienes tus propios dominios, tu propio reino, del cual eres responsable y debes proteger, con una protección física, mental, emocional y espiritual. Tus reinos pueden ser tu trabajo, tus proyectos, tu pareja, tu familia.
Los reyes han sido proveedores de orden, dando leyes y erigiendo legislaciones para gobernar, los reyes antiguos construían códigos para regular el comercio, la religión y el servicio militar con lo cual proveían orden a sus respectivas sociedades. Un hombre que accede a la plenitud de este arquetipo da orden a su vida y a las vidas que tiene a su alrededor, estableciendo normas, guías, rutas para conducir su vida, objetivos, propósitos y metas para sí mismo y para inspirar a otros. El hombre que asume este arquetipo no busca ser obedecido, sino que busca que con su guía otras personas logren la realización, permitiéndoles ser autónomos y creativos también. No es un dictador. No es un tirano, de ellos hablaremos luego.
De acuerdo al texto que hemos venido trabajando, los reyes eran asocidados con la fertilidad y la creación. Muchas culturas ancestrales creían que la habilidad de su rey de procear determinadaba el destino de sus cultivos. Si el rey era viril, fértil y tenía una descendencia numerosa habría prosperidad en los cambios, en las siembras y en los cultivos. El arquetipo del rey en el hombre moderno se vivencia en su capacidad creadora, que aunque se vincula a la creación de la vida, no agota su concepto en ello, también se orienta a la creatividad en todos los campos, en el legado, en el emprendimiento. El hombre integrado comprende que tiene poder e influencia en el mundo, en su entorno y sobre todo, en su propia vida.
Los reyes a lo largo de la historia han estado obsesionados con el legado, en crear imperios, construir edificios, escribir leyes y cambiar la cultura, buscan llegar a ser inmortales y dejar algo detrás de ellos, algo con lo cual ser recordados a lo largo de generaciones. Piensa en algo con lo cual puedas estar en la memoria de las personas, recuerda lo que decía el anciano Casanova, en sus últimos días «el olvido es la antiseducción, si dejas de estar en la memoria de una mujer tu seducción se ha acabado.»
El arquetipo del rey tiene dos sombras, que son estructuras incompletas a las cuales algunos acceden y son las siguientes:
1. El tirano: A diferencia del arquetipo del rey que crea y beneficia a otros, el tirano busca destruir y oprimir. Está cargado de narcisismo, de hecho piensa que está sentado en el centro del universo, cree que su poder es finito y vive con una mentalidad de escasés. No entiende que su poder se incrementa con la contribución, sino que su frágil ilusión de poder absoluto lo hace muy inseguro, cualquier amenaza a su autoridad y supremacía lo convierte en un abusador, en un opresor, en una persona sedienta de venganza y revancha. Cuando el tirano no ve a los demás como una amenaza los ve como fichas, objetos para utilizar para su prpio beneficio, utiliza a amigos, familiares, mujeres, empleados sólo para conseguir sus objetivos.
2. El pusilánime: Es la sombra pasiva del arquetipo del rey. En lugar de tomar control de su vida y tomar decisiones de forma segura, el pusilánime abdica a su trono, delega en otros la responsabilidad, deja que otros controlen su vida y se vuelve dependiente. Es el típico hombre que depende en su adultez de sus padres, que no se ha independizado, que se niega a crecer, que deja que otros tomen las decisiones por él. Estos hombres en genera sufrieron algún tipo de abuso psicológico en su niñez, y cuando se volvieron adultos y ascendieron a una posición de poder rehusaron convertirse en líderes y se volvieron mediocres, complacientes, inseguros, y son vistos por los demás justamente de esa forma. Esto puede generar que en su inmensa debilidad se vuelvan crueles y controladores, justamente porque ven cómo las personas los toman por tontos, desean mostrar fortaleza haciendo actos siniestros, abusivos. Quiero que te imagines al rey de la película Brave Heart, o el emperador de la película Gladiator.
El tirano y el pusilánime trabajan de forma conjunta, es muy raro que un hombre esté regido por una de estas sombras solamente, usualmente tiene rasgos de tirano y de pusilánime. De hecho, detrás de cada tirano hay un pusilánime asustado. Y encima de cada cobarde pusilánime hay un tirano esperando explotar.
Algunas formas para acceder al arquetipo del rey en su plenitud, e integrar sus rasgos positivos son las siguientes:
* Crear más y consumir menos
* Dejar un legado, formas de ser recordado
* Desarrollar sabiduría
* Convertirse en un mentor, un maestro para otros
* Establecer tus valores centrales
* Separar criterios de tus padres y empezar a tomar tus propias decisiones con autonomía y responsabilidad
* Crear un proyecto de vida personal
* Trabajar en liderazgo
* Trabajar por tomar decisiones autónomas
* Vivir de forma coherente con tus principios
En el próximo escrito de la serie trabajaré los arquetipos de infancia de la niñez del mago para luego trabajar el arquetipo completo del mago.
Que comience la cacería!
Hasta la próxima!