8 Pasos cuando decides volver con tu ex
¡Vaya pregunta! Me encantan las preguntas difíciles y algo tramposas. Como habíamos visto aquí el tema de las ex es bastante complicado y se aleja mucho de lo que tus mejores amiguitos y amiguitas te dicen.
Es un tema para coger con pinzas.
Una ruptura sentimental para mí tiene que ver mucho con hasta dónde te dejas llevar por tus emociones y por tu apego, pero también tiene muchísimo que ver con la forma en que manejas tu mente y la frialdad que le pongas al asunto. De hecho, en este último componente está la clave del éxito o del fracaso para ti.
Admitámoslo: una de las razones más frecuentes de consulta es ¿Cómo regreso con mi ex? Si pudiera contar la cantidad de correos que me llegan con ese tema te diría, sin asomo de duda, que pasan los miles. Eso junto con el ya famoso “como conquisto a mi compañerita de clases, urgente por favor!!!!!!” típico de los niños rata.
En fin…
Hay casos en los cuales no vale la pena seguir con la relación, por el grado de toxicidad que se manejó, por el grado de incompatibilidad que se tenían los dos, o por el grado de odio acumulado en el proceso de ruptura. Sin embargo y a pesar de todo ello nuestra mente tiene una especie de espectros o imágenes residuales de esa relación que hacen que sintamos nostalgia, tristeza, y que poco a poco vayamos quitando la culpa cuando nuestra pareja falló, la vamos justificando y poco a poco vamos haciendo espacio a una reconciliación.
Increíble pero cierto, en lugar de estar saltando de felicidad por estar liberados de una persona semejante la extrañamos y algo en nuestra mente desea restaurar el orden perdido. Estamos tan programados con los finales felices que nos buscamos el nuestro propio, somos tan adictos a las historias de reconciliación, de perdón, de redención que deseamos que la nuestra sea así.
No son más que trampas de nuestra propia mente, laberintos perceptivos que nos alejan de restaurar nuestra vida.
Sin embargo, es posible ver, en el mundo real, parejas que se reconcilian, parejas donde parece que lo malo que pasó por algún lado se drenó y se volvió a intentar. Si. Eso pasa. El tema es que no porque pasé signifique que sea lo que conviene.
Es como si después del bodrio de la pelea entre Floyd Maywheater y Pacquiao hubieras pagado miles de dólares y te hubieras decepcionado, y luego decides pagar muchísimo más dinero (digamos el doble) para ver una revancha y decir “esta seguramente es mejor”.
¡Ay mi querida humanidad! Siempre optando por lo más ilógico, podría decir el señor Spock.
Pues bien, las personas lo reintentan y los resultados son de los más variopintos, la gran mayoría vuelve a fracasar, otra minoría logra poner voluntad, perdón y amor al tema y logra salir adelante: hay nobleza, se reconocen los errores, no se vomita todo el día odio y resentimiento y se trabaja el doble por la restauración de la relación. Yo he trabajado con parejas y puedo decir que es posible, no sin antes un buen trabajo de honestidad, sinceridad y mucho trabajo personal y orientado a la pareja.
Pero entonces, ¿qué deberías tener en cuenta para volver a intentarlo?
1. No mendigues: Seamos claros, la mayoría odiamos a quienes nos piden dinero en la calle y huimos de ellos, quizá lanzándoles algo de lo que sobra en los bolsillos. ¿Es así o no? Pues bien, lo mismo ocurre en las relaciones, si estás detrás de ella, con mariachis, con flores, con llamadas y whatsupasos de perdón, no estarás haciendo otra cosa que hartándola y haciendo que te vea como un psicópata o un obsesivo. Por todos los dioses evita las cursilerías, osos de peluche gigantes, canciones estúpidas dedicadas, llamar cuando estás borracho. Por favor no. En serio.
2. Así hayas tenido la culpa no capitules a condiciones vergonzosas: Recuerdo que una de las razones por las que se dio la segunda guerra mundial fue porque tras la primera los aliados humillaron a los alemanes tras su rendición. Tras ello se alimentó el resentimiento que luego explotó con el régimen nazi. ¿Para qué la inesperada clase de historia? Para decirte que si has pensado en volver no deberías imponer condiciones de sumisión o humillación a tu pareja, y mucho menos someterte a ellas. Si se decide volver se debe hacer un reseteo del odio y de la culpa, los dos son igualmente nocivos, y cada miembro debe trabajar en ello, si no pueden pues el segundo intento no funcionará y no será más que reclamos y reclamos, indirectas y señalamientos. Si te equivocaste, deberás repararlo, pero no someterte ni al escarnio, ni a la humillación, si tu ex quiere eso significa que piensa más con el odio y en ese momento deberás retirarte.
3. En este contexto si aplica dar tiempo y espacio: Derivado del punto 1, es necesario abrir un espacio en la relación terminada, y no puedes andar buscando qué pasa a la semana. Deberás manejar un particular criterio del tiempo y del espacio, y no deberás ni buscarla ni tampoco deberás dejarte encontrar. Y ello más que un criterio estratégico es un criterio que permite la sanación y sobre todo potencia la añoranza, pues sólo la ausencia reclama la presencia del otro en tu vida.
Deja que tus heridas y las de tu pareja sanen.
Deja espacio a que seas extrañado y a extrañar.
En soledad se pueden tomar decisiones mucho más maduras, así sean decisiones que nos duelan.
Por ello deberás controlar las fuentes de información, deberás bloquear mensajería, redes sociales y darle una pausa a tu círculo de amigos en común. También deberás evitar los odiosos amigos que se lamentan, o los que siembran cizaña, o los que te compadecen. Esos no ayudan en tu proceso.
4. Gestión de tu mente: El mayor peligro es alimentar pensamientos obsesivos. A medida que los alimentes más crecerán hasta que se vuelven incontrables y te reclaman energía continuamente. Así que en tu poder está aniquilarlos mientras son pequeños, no alimentes la pensadera, ni el qué hubiera pasado, ni el con quién estará, ni nada de eso. En el autocontrol está la clave de la victoria sobre un acontecimiento lamentable como es una ruptura. Tu mente es la prioridad número uno, y más allá no hay nada.
5. Negocia como si fuera una crisis diplomática: La mejor manera para gestionar el proceso de regresar con tu ex pareja es reconocer tu propia vulnerabilidad y dejar atrás el orgullo. Si has puesto en una balanza pros y contras y deseas buscar un segundo chance deberás tomar la iniciativa, tantear el terreno y ver si hay disposición por parte de ella, y luego buscar un lugar neutral para encontrarse, poner las cartas sobre la mesa, negociar las condiciones y plantear la posibilidad de volver. Suena frío pero en ello privilegiamos la mente sobre la emoción, que es impulsiva.
6. Respeta su decisión y si ha decidido dar un giro a su vida sin ti. No te metas en dramas, no caigas en la trampa de demostrar quién es mejor, evita la obsesión, enfoca tu energía en tu reinvención personal y en mirar hacia delante, sanar lo más pronto y abrir la puerta a otra persona. El éxito depende de la forma en que enfocas tu energía, si la enfocas hacia ella y tu pasado perderás energía, y si traes tu energía hacia ti mismo y tus proyectos generarás más energía.
7. Si ella te busca sigue los mismos pasos del punto 5 e instala tú el marco de la “mesa de negociaciones”. Acá sucede algo interesante, a veces son nuestras ex las que nos buscan, muchas impulsivamente, obsesivamente, de forma necesitada. Allí necesitas poner hielo en el café caliente y reclamar tu tiempo y tu espacio dejando abierta la puerta a sentarse a hablar. Ello, curiosamente, amplifica el nivel de ansiedad en tu ex y hace que su energía vaya a ti alimentándote. Así que control del marco y control del momento de sentarse a hablar, puede funcionar algo así como “mira, justo ahora quiero estar a solas, quiero pensar, te soy sincero y aún pienso en ti y en lo nuestro (reconocimiento de la vulnerabilidad, principio de no orgullo), pero siento que no es el momento, te propongo que hablemos en un par de semanas, yo te buscaré (tú mantienes el marco y la iniciativa)”.
8. No caigas en jueguitos del gato y el ratón: No caigas en que llamo y no contesta, y que le dejas razón con su madre, y en el buzón y todo ello, y que te deje en leído los mensajes del whatsapp. Eso significa una de dos cosas: o ya no quiere saber de ti, mensaje claro, o que ella cree en eso de “si me quiere que luche por mi”, lo cual no es otra cosa que un marco manipulador y al cual debes resistirte y tomar nota de ello como una evidencia más de que no fue un error haber terminado.
Pues bien, espero que te haya servido y cualquier otra cosa estoy atento a leerte en los comentarios.
¡Es el momento de vivir una vida extraordinaria!
¡Hasta la próxima!