7 razones para volver y 13 razones para no volver con tu ex
Hoy trataré un tema bastante frecuente en algunas mentes masculinas confundidas. Podría decir que el 75% de casos que atiendo tienen que ver con la posibilidad de regresar con una ex, y en este post revisaré en qué casos es viable intentar regresar y en qué casos deberías ser claro contigo mismo y seguir tu camino.
Una de las cosas más fascinantes e inquietantes del ser humano es su tendencia a engañarse a sí mismo. Nos encanta decirnos mentiras y nos encanta comprar las mentiras de otros, nos encanta consumir ideologías que se encargan de mentirnos en nuestra cara. Y una de esas famosas mentiras tiene que ver con las TÉCNICAS ABSOLUTAMENTE INFALIBLES para regresar con la pareja. En esta línea de negocio, muy similar a aquellos hechiceros que prometen que con un brebaje o un rezo te regresarán a la persona amada, se te dice que es posible cambiar el juego a tu favor y regresar con absoluta seguridad nuevamente a donde la persona amada.
¿Quiénes caen en estas trampas? Usualmente personas que han mantenido relaciones tóxicas y que por la esquizofrenia de la misma relación han perdido todo contacto con el mundo real, se han vuelto presa fácil de delirios, obsesiones y creencias absurdas, por ejemplo creencias de que es posible que la otra persona cambie o que es posible hacerle cambiar, creencias del único amor, de la media naranja, creencias absurdas de índole personal, como que no se volverá a encontrar una persona así, que jamás será posible volverse a enamorar o que nadie volverá a hacerle sentir lo mismo. La pérdida del sentido de lo real se encuentra en la obsesión que sufren la gran mayoría de personas y que consiste en que sólo definen su vida y su mundo y lo real a través de esa relación de pareja, a través de ese hombre o de esa mujer que ocupó el espacio en la vida.
Lastimosamente nuestra configuración cerebral no ayuda en lo más mínimo. Cuando estamos en una relación nuestro cerebro elabora poderosas conexiones neuronales, asociaciones, construye una serie de circuitos cerebrales asociados a la historia, vivencias, cuerpo, aroma, ideas de la otra persona. Esto resulta tremendamente funcional si la relación de pareja funciona, porque existe un punto de referencia emocional positivo y constructivo, y nuestro cerebro asocia todas estas vivencias y a esta persona a la emoción del placer, del bienestar, de la alegría. Sin embargo, cuando por alguna razón, esta persona ya no se encuentra es nuestro cerebro quien sufre de abstinencia, como la adicción a las drogas, y anhela con dolor los estímulos positivos, los refuerzos, el placer, la alegría, la compañía de esa otra persona.
Lo más complicado en un proceso de duelo, sin duda, es volver a construir circuitos cerebrales, volver a pavimentar los surcos y sobre ellos construir nuevas conexiones asociadas a otros estímulos, esto es, a otras personas, a otras experiencias, otras vivencias, otras fuentes de placer, de amor, de vínculo, de bienestar, de felicidad.
Nuestro cerebro, sin duda, nos engaña y especialmente esto es cierto en un proceso de duelo. Padecemos una serie de ideas recurrentes, relacionadas con la persona amada, que hacen que nuestra percepción cambie y que en muchos casos lo que ha sido una relación tóxica se vea como una relación positiva. Para muchas mentes que no han sido entrenadas el pasado es una fuerza gravitatoria que los arrastra para desear seguir viviendo en él.
¿Cuándo deberías plantearte la posibilidad de volver?
- Cuando el promedio de cosas positivas de la relación haya sido mucho mayor a las cosas negativas.
- Cuando no estés buscando retornar a una relación en la cual ya has terminado previamente, una o varias veces, y hayan caído en repetir lo negativo. Por ejemplo, si ya han terminado porque no se entienden, porque ya no se desean, y lo han vuelto a intentar y han fracasado, no deberías buscar un regreso, toda vez que las condiciones no cambiarán.
- Cuando sientas que tu pareja es recíproca en sentimientos, en afectos, en deseo.
- Cuando tú o tu pareja se han equivocado, pero expresan un genuino deseo de trabajar por la relación.
- Cuando observas un compromiso de la pareja o tú tienes el compromiso de empezar un proceso de transformación acompañado de un especialista.
- Cuando descubras que tus motivos no son ni el dinero ni el sexo, sino un deseo emocional más profundo.
- Cuando tu pareja aún está sola.
Cuando no deberías volver con una pareja:
- Cuando sientas que no hay una voluntad real de cambio permanente.
- Cuando sientas que tienes que ser otra persona para lograr estar con ella. Es decir, quizás sientas que ella te ha dejado por tus condiciones laborales, por tu atractivo, por tu carácter, en este sentido es mejor crecer por ti mismo y no hacerlo por una mujer. No es posible obligar a nadie a sentir algo, y una mujer debe apreciarte por lo que tú le ofreces aquí y ahora y por la potencialidad que puedes alcanzar y que ella debería ver.
- Cuando sientas que ella simplemente no te ama, no te desea. En relación con lo anterior, la atracción, el deseo y el amor no son una elección y por lo tanto no se pueden forzar.
- Cuando sientas que debes ser supremamente complaciente y bajarle las estrellas y la luna, esto es, cuando ella te pone condiciones en especial materiales para regresar, cosas del tipo “es que no eres detallista conmigo”. Aunque es evidente que hay personas que no saben expresar sus emociones, el asunto sobrepasa el simple hecho de los detalles. Si tú eres una persona que no suele expresar sus emociones de forma intensa deberías plantearte la posibilidad de estar con una persona igual de fría como tú. Si los detalles o expresiones materiales de afecto no surgen de forma natural en ti debes plantearte la seria opción de estar con alguien que no las exija.
- Si ella o tú se han equivocado en términos de infidelidad y la relación terminó por convertirse en un constante juego entre la recriminación y el arrepentimiento. En este caso las emociones y la percepción del otro y de sí mismo se encuentran tan alteradas que no es una opción viable regresar, de lo contrario sólo se estará alimentado una relación tóxica.
- Si has sentido que tu pareja no ha sido recíproca contigo, en cuanto a afecto y deseo.
- Si has expresado debilidades importantes de carácter que han hecho que tu pareja te pierda el respeto o se aproveche de ti o te utilice. Y aquí tienes que ser muy sincero contigo mismo y atreverte a dar crédito a lo evidente: sabemos cuándo nos están usando porque la relación se ha convertido en una transacción del tipo tú me das esto y a cambio te doy aquello, usualmente dinero a cambio de afecto o sexo.
- Cuando tu pareja esté con otra persona y ya haya establecido una nueva relación. Básicamente porque entrarás en una competencia con grandes desventajas y serás parte del cuadrante de la mujer con novio, en este caso sólo la relación podrá prosperar si ella activamente corresponde a tus iniciativas y consuma, de forma voluntaria, la terminación con su pareja.
- Cuando no existen pedidos absurdos, promesas extrañas o requisitos inalcanzables: del tipo “no volverás a mirar a ninguna mujer”, “no quiero volverte a ver con tu familia”, “dejarás tus proyectos”. Nada que coarte tu libertad, tu pasión, tus sueños, tus metas. Alguien que te quiera debe compartir tus metas, tus iniciativas, y amarlas tanto como te ama a ti.
- Cuando sientas que su familia y sus amigos son hostiles. Éste es un elemento clave, y es tu reputación. No deberías volver cuando el entorno de la relación está envenenado, básicamente porque no tendrás un apoyo social y eso llevará a que tanto ella, pero especialmente tú terminen aislados, o con la paranoia que representa combatir la desaprobación. Esto es especialmente frecuente cuando en la relación ha habido un error y la otra persona ha comunicado ese error a todo el mundo, por lo cual ha compartido su privacidad y ha expuesto la relación y te ha expuesto a ti. Este es un error muy frecuente por el cual adicionalmente al reto de reconstruir una relación de pareja cargamos con un lastre de desaprobación social.
- Cuando tu pareja es inmadura y tú te has visto en la tarea de cargar con un peso importante fruto de malas decisiones, caprichos, inmadurez emocional, falta de inteligencia financiera, manipulación, o semejantes.
- Cuando sientas que ella sólo quiere tus ruegos, y simplemente atiende tus llamadas o mensajes para ver de qué otra forma deseas humillarte.
- Cuando sientas que se atraviesa la dificultad del perdón y el orgullo de simplemente poseer a la otra persona y no verla con nadie más. Estas son emociones oscuras que hacen que en el futuro se cultive una relación de amor-odio o una relación basada en la obsesión.
Muchos sienten que no podrán conseguir algo mejor, que son tan indignos de ser amados que necesitan volver a quien sólo les da migajas, que necesitar ponerse de rodillas o perder su dignidad sólo por una persona. Tu concepto de amor propio debe ser más alto que el concepto de amor de pareja, esto es, debes ser capaz de sobrevivir sin una relación, debes ser capaz de reconstruirte y aprender si te has equivocado, debes ser capaz de preferir un corto periodo de soledad a volver a ser esclavo de relaciones inmaduras o tóxicas. Tú mereces lo mejor, un hombre de valor merece, sin duda, una mujer de alto valor.
Aspira solamente a lo mejor.
No te encadenes al pasado.
No decidas volver a la prisión sólo porque no conoces nada más y tienes miedo a la luz del día.
Decide invertir tus energías en sanarte, en hacer tu duelo y enfocarte ganar valor personal y encontrar el valor en una mujer.
Toda energía invertida en el pasado es desperdiciada a menos que esa energía se enfoque en sanar ese pasado para vivir un mejor presente.
Si este post te ha hecho pensar y te ha permitido abrir los ojos respecto a una relación de pareja, cuéntamelo en los comentarios.
¡Es el momento de vivir una vida extraordinaria!
¡Hasta la próxima!