¿Persuades o te persuaden? Cómo conservar tu realidad en una relación
Si me preguntaran qué es lo que más me ha ayudado con mi comprensión de las mujeres ha sido comprender que lo que decimos es una cosa y lo que hacemos es otra muy diferente.
También me ha ayudado perder la visión sagrada de la vida, entendida como que hay personas llenas de luz y otras llenas de oscuridad.
Por supuesto, también ha sido muy importante comprender que somos seres irracionales, que creemos ilusoriamente ser racionales.
Y cómo olvidar, me ha sido tremendamente útil comprender que todos tenemos una película de lo que somos y de lo que es la realidad y que esa película es posible modificarla con los estímulos adecuados.
Hace unos días hablábamos con un cliente que me pedía feedback sobre una situación particular: la mujer con la que está saliendo le dijo “No sé hasta dónde lleguemos pues hace poco terminé con mi novio”.
Y mi cliente no supo qué hacer con esta respuesta.
Y tuvimos una interesantísima sesión basada en la persuasión que hoy quiero compartir con ustedes.
Básicamente lo que ocurrió es que mi cliente permitió que un marco más fuerte le “vendiera” una película del todo desagradable de ver.
Me explico.
Esta mujer tiene una lógica según la cual es “razonable” mostrar ciertas prevenciones para continuar una relación toda vez que hace “poco tiempo” ha terminado con una pareja. Y le he vendido esta idea a mi cliente quien la ha comprado sin cuestionarla ni siquiera un poco.
Y haber comprado esta película ha derrumbado la seguridad que tenía mi cliente en lo que estaba haciendo con esta mujer, pues se ha puesto trascendental y ha empezado a girar en la rueda de hámster que esta mujer le ha puesto.
Lo que ha hecho esta mujer es clásico dentro de la mente femenina y dentro de la persuasión, y es que pones al otro a hacer el trabajo sucio mientras que ella se mantiene como la princesa esperando a ser cargada. Ella puso un obstáculo tremendo, le instaló un rival imaginario y en la práctica le dijo “esfuérzate para que olvide rápido a mi ex, y por favor, vamos a mi ritmo”.
Un juego mental que seguramente fue hecho con buena fe e ingenuidad por parte de ella, pero que no por ello deja de ser algo tremendamente poderoso.
Y mi cliente ha sido culpable de haber comprado ese marco y ese argumento y haber perdido el sueño por él.
Es importante entender que aunque ella piense que es real y verdadera la lógica de “debo olvidar” antes de “tener una relación”, esa es su versión de la realidad y su película. Sin embargo en psicología sabemos que esto es una “atribución” y que no necesariamente se corresponde con lo verdadero y con lo real. Por lo cual es altamente cuestionable, por lo cual es una ilusión mental que tiene esta mujer, por lo cual es un argumento irracional y sospechoso. Es casi una mentira.
Por ello es que insisto tanto es no comprar el drama de una mujer (ni de nadie), porque estás comprando una mentira, una ilusión, una falacia, algo irracional. Y si tu ingresas a ese marco estás adoptando un marco irracional de pensar.
Y es allí donde entra la persuasión, entendida como la forma de hacer que alguien compre tu visión del mundo. Eres tú quien debe tener el marco sólido en una relación y eres tú quien debe “resistir” la imposición de un marco semejante dejando que sea tu realidad la que defina la relación.
Es tan sencillo como esto: si tu realidad no define la relación, esa relación no vale la pena. Porque estarás viviendo en un marco ajeno, jugando en un tablero cuyas condiciones ha puesto otro y en el que el equilibrio está desbalanceado.
¿Qué hacer frente a un argumento como el citado “No sé hasta dónde lleguemos pues hace poco terminé con mi novio”?
Hay varias salidas, y te invito a que en los comentarios me cuentes respuestas creativas:
- Ignorar el marco y no razonar con él, no intentar argumentar, toda vez que el argumento de ella está basado evidentemente en emociones y en creencias, y el razonamiento sólo radicalizaría posturas.
- Desviar la atención de la “solemnidad” del razonamiento. Por ejemplo, dándole un beso.
- Haciendo el argumento irrelevante y enviando una sugestión arrogante: “no es la primera vez que escucho eso y siempre termino ganando a la chica”.
- Ponerla a ella a girar en la rueda del hámster: “vamos a ver si tienes madera para algo más serio”.
- Trivializando el argumento + ponerla a girar en la rueda del hámster + arrogancia: “no te pongas trascendental que aún no somos nada. Nos estamos conociendo y ya veré” Es importante que esto no suene como un regaño sino como que no te tomas el tema demasiado en serio y que vives día a día.
En general estos deben ser los marcos: la mujer no debe sentir que las cosas son demasiado fáciles contigo, o que tú eres el que tiene que hacer TODO el trabajo, debes ser un poco arrogante respecto a tu valor, la humildad en general lleva a perder valor (y si te resulta chocante esta frase es porque estoy creando disonancia cognitiva y sabes que tengo razón), y no debes tomarte en serio lo que “se dice”.
Cuando estés saliendo con una mujer evita a toda costa el “hablar de la relación”, en general conduce a malos entendidos, activa la parte racional y crítica y puedes terminar escuchando o diciendo cosas que no corresponden a los sentimientos.
Antes bien, debes buscar la parte física, debes buscar el acercamiento, el beso, el contacto físico, el coqueteo, la tensión sexual, el sexo propiamente dicho. Pues es allí donde se genera el pegamento fuerte de una relación, no en lo que creemos que es, en el hablar del pasado y en estas estupideces.
Es importante hablar, claro, pero no convertir la conversación en algo demasiado trascendental. Es importante conocer al otro, pero en un marco de relajación, de diversión, de toda la gama emocional, pero evita el tono dramático, demasiado solemne, sobre todo al inicio de una relación.
¡Es el momento de vivir una vida extraordinaria!
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