Hoy hace 15 años inicié este blog. Muchas cosas han pasado desde entonces, quizá la más importante es que desde hace cerca de 8 años me he dedicado exclusivamente a trabajar con hombres (y también con mujeres) en lo relativo a mejorar sus relaciones de pareja, a encontrar pareja, a que se comuniquen mejor, a que rompan los hábitos que los tienen sumergidos en la soledad, el aislamiento y la frustración.
Los últimos dos años no han sido nada fáciles. El mundo que nos rodea nos ha llevado a cambiar nuestras creencias abruptamente, nos ha llevado a desconfiar mutuamente, nos ha llevado a ver al otro como una potencial amenaza para nuestra salud. Diariamente nuestra mente se ve sometida a información de todo tipo que busca el control de nuestra percepción y de nuestros pensamientos.
Los dos años que han transcurrido 2020 y 2021 han sido probablemente los años más cortos que he experimentado, entre confinamientos, la obligatoriedad de ciertas normas, la incertidumbre y la psicosis colectiva. Han sido dos años de profundos ajustes, donde me he preguntado varias veces: ¿De qué sirve eso de las relaciones, las habilidades sociales, la seducción en estos tiempos? ¿Cuáles deberían ser las prioridades?
Les confieso que una de las cosas que más me desconcierta es ver a las personas atemorizadas por la calle cubriendo su cara. Los seres humanos estamos perdiendo, aún más, nuestra ya debilitada capacidad de conexión, y junto a ella hemos perdido la valentía. Nos hemos dejado aterrar y veo con asombro como un gran número de personas vive sus días enmascarados, paranoicos e intensamente preocupados.
Si pudiera hacer un balance diría que la gran mayoría de las personas que acuden a mi consulta o están absolutamente solos, con una dificultad nunca vista para conectar o han visto sus relaciones seriamente debilitadas. Veo diariamente personas ansiosas, deprimidas, con problemas de sueño, refugiadas en la obediencia por el temor a la muerte, consumidas por ideologías que han sustituido su capacidad de pensar como seres humanos auténticos, ya no sabe uno si están hablando de acuerdo con sus propios pensamientos o si están comunicando pura ideología, esto es, una ideología que ha sustituido sus propios marcos mentales.
Todo ello me ha llevado a un proceso de reflexión, en lo personal, ¿Qué sigue en mi camino? Y aunque en muchos momentos he querido dedicarme a otra cosa, ya que ser psicólogo en estos días implica una tremenda carga emocional y un sinfín de preguntas sin resolver. Y lo que sigue en mi camino es continuar. Siempre agradeceré a las personas que siguen llegando a este blog aunque ya no sea mucho lo que publique, y menos en este par de años que para mí han sido como 6 meses.
Mi propósito no es simplemente sobrevivir, no es simplemente saltar de una variante de pandemia a otra, del miedo a qué pasa si se hace una cosa o la otra. Mi propósito es contribuir para que usted, apreciado lector, tenga una mejor vida, experimente mejores relaciones, desafíe su soledad y se atreva a conectar con otros y con las mujeres, mi propósito se va a centrar específicamente en ayudar a que quienes vengan a este blog o mis redes sociales crezcan en cinco habilidades concretas:
- Hacer de usted un mejor comunicador (en conversaciones, cuando habla en público)
- Hacer de usted alguien que persuada mejor (y que aprenda a distinguir cuándo lo están persuadiendo para manipularlo)
- Hacer que usted abrace una masculinidad que defina una vida con propósito
- Lograr que usted siga aprendiendo sobre las relaciones de la pareja y el increíble campo de la seducción y el cortejo.
- Logre incorporar un estilo de pensamiento crítico y estratégico
Por ello voy a trabajar en este año. Esos cinco temas han sido la forma en la que he podido concretar lo que deseo hacer desde este año y donde deseo contribuir en la vida de cada uno de los que han seguido aquí y de las personas que llegarán.
En los dos últimos años he tratado de rebelarme frente al confinamiento que nos estaban sometiendo, confinamiento basado en el control social a través del miedo. Y mi forma de rebelarme fue saliendo, privilegiando la vida real por encima de la vida digital. Tengo la certeza de que los poderes del mundo desean una humanidad confinada, trabajando de forma remota, entretenida con miles de video juegos, películas y series en los cada vez más abundantes canales de streaming, adictos a las drogas, al porno, solitarios o inmersos en relaciones virtuales, sostenidos con miserias que proveerán los estados y con un control absoluto de sus vidas y de sus cuerpos. Me resisto a ello y les invito a resistirse a ello.
Mi contribución es apostar a las habilidades de comunicación, de conexión, de estrategia que nos permita despertar. Sólo soy un psicólogo que desea compartir lo que ha aprendido, lo que puedo ver y lo que la vida me ha enseñado. Empecé este blog cuando estaba en la mitad de mis veinte, ya por los 40 he pasado por algunas situaciones que les iré compartiendo, sobre los cambios de la vida, quizá los más jóvenes puedan tomar nota de ello, quizá los contemporáneos puedan ver un reflejo. Las crisis vitales nos recorren a todos sin importar si las hemos anticipado o nos toman por sorpresa.
Miro atrás, al año 2007 cuando empecé, y pienso en tantas cosas que han cambiado. El mundo que vivimos es completamente diferente, los hombres y las mujeres de estos tiempos son diferentes, tienen habilidades diferentes pero también hay trampas diferentes y nuevos enemigos que nos aprisionan.
Les agradezco su presencia, y los quiero invitar a que me sigan en mis otras redes, que también espero sean canales de mi contribución.
¡Es el momento de vivir una vida extraordinaria!
¡Hasta la próxima!
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