Una de las formas que tienen muchos hombres débiles para estar acompañados es estar con una mujer aún más débil y necesitada.
Esto se debe a dos razones principales que se relacionan entre sí
1. Mediocridad personal
2. Incapacidad para lidiar con mujeres de alto nivel
Vamos a ilustrar ambos escenarios y, sobre todo, te voy a contar por qué es un mal negocio no expandir tus posibilidades y ser un conformista.
Muchos de los hombres que tienen dificultades en sus relaciones con las mujeres son hombres que tienen inmensas inseguridades, algunas están enfocadas al área sexual, tienen dudas sobre su desempeño y además tienen creencias erróneas sobre las exigencias, demandas y sexualidad femeninas. Podría definir esta inseguridad como un profundo miedo a la sexualidad femenina, sienten que las mujeres son unas máquinas sexuales insaciables y que ellos jamás les darán la talla. Ignoran por completo la dimensión emocional involucrada en la sexualidad y están demasiado involucrados con el porno hasta el punto de que su percepción y creencias sobre el sexo están muy trastornadas.
Ello produce que tengan ideas inmaduras sobre la sexualidad, a menudo asociadas a un profundo egoísmo (sólo quiero que me complazcan) y también asociadas a un temor al rechazo y juicio femenino, pensar que una mujer los humille sexualmente es un verdadero temor. Los hábitos de consumo de pornografía y hábitos masturbatorios compulsivos suelen generar una temprana disfunción y una incapacidad de disfrutar una relación sexual real. En este sentido, conviven con una profunda contradicción interior: por una parte, desean a una mujer muy liberal en lo sexual pero también son intensamente puritanos, celosos y posesivos. Si una mujer resulta muy liberal en lo sexual empiezan a dudar de su capacidad de fidelidad, y en ese punto son atormentados por inseguridades y temores de ser cambiados por otro más atractivo, más hábil sexualmente o lo que sea.
Es decir, su inseguridad sexual atraviesa y domina toda su vida. El pensar en sexo invade su mente la mayor parte del tiempo, ya sea calificando en términos sexuales a las mujeres o evaluándose a sí mismos en términos sexuales.
Su vida no tiene arraigo en la realidad sino en la fantasía. Por ello suelen preferir a mujeres de perfil bajo, mujeres con profundos problemas de autoestima, mujeres necesitadas de atención, que ellos mismos proveen, mujeres fácilmente manipulables, mujeres sin experiencia, incluso mujeres con necesidades económicas que necesiten depender de ellos. Añoran las épocas de las mujeres en casa que se dedicaban a ver novelas mientras preparan la cena y se ponen la mejor ropa interior sólo para complacerlos.
Los tiempos han cambiado y las mujeres son tremendamente competitivas, son líderes y están elevando tremendamente sus estándares. Claro está, no todas. Muchas mujeres se ajustan al perfil tradicional, otras son mujeres que se alinean con formas moderadas de un feminismo que les permite acercarse a tener poder.
Muchos de estos. hombres conformistas suelen ser hombres perezosos en lo personal, que buscan a mujeres con perfil maternal que incluso se ocupen de ellos. Latinoamérica es un lugar así. Si observamos detenidamente las historias familiares, nuestros vecinos, vemos que son lugares de un claro dominio femenino donde la mujer tiene el poder fáctico sobre la relación o el hogar. No le metamos ideologías, las mujeres antes del feminismo han sabido liderar y dominar, el feminismo es sólo marketing. Es más, analiza a tu familia, a tus padres y abuelos ¿quién lleva o llevaba las riendas?
Eso me lleva a una conclusión preliminar y es que el hombre que es conformista terminará por ser dominado. Al final terminará con los mismos vicios mientras su compañera decide tomar las riendas, este hombre vivirá fantasías de infidelidad mientras seguirá consumiéndose en el porno y el delirio. Su estilo perezoso determinará una débil persecución de objetivos y al llegar a los 35 o 40 años, cuando su espíritu de debilite terminará por volverse un típico hombre promedio, que se ha descuidado a sí mismo y que tiene que tolerar la insatisfacción que el mismo ha empezado.
El hombre exigente y competitivo, por otro lado, ha entendido que en su camino de búsqueda de la excelencia personal tiene que liderar incluso a mujeres muy dominantes y posmodernas. Ha aprendido que aparte de la ideología y el marketing feminista las emociones humanas no han cambiado y siguen siendo las mismas, y sabe que, si es líder de sus relaciones, si se gobierna a sí mismo, si no se se hace dependiente de vicios que sometan su voluntad y si sabe dar el espacio debido a la vida sexual de tal manera que no domina su vida, tendrá a una mujer de muy alto nivel. Si de algo están cansadas las mujeres es de hombres débiles, que no se cuiden, que carecen de buen gusto y que no tienen nada que aportar, que son infantiles o adolescentes.
El hombre actual requiere ser exigente consigo mismo, exigente con lo que desea de sí, exigente con sus relaciones, que no se asuste con las ideologías ni con las ambiciones ajenas, y que tenga una oferta firme donde él es el rey. Eso debe ser un presupuesto claro en su relación, y su competitividad y exigencia deben ser tales que su carácter le permita imponerse frente a una mujer tremendamente segura de sí misma. Una mujer segura de sí misma e independiente debería dejar de parecerte amenazante, y a menos que sea alguien inundada de orgullo y vanidad, la seguridad debería hablarte de alguien con quien puedes gobernar.
¡Es el momento de vivir una vida extraordinaria!
¡Hasta la próxima!
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